lunes, 30 de marzo de 2009

El arte de bajar escaleras

Cuando pasa toda una semana cargadita de exámenes -unos mejor que otros-, y llega el viernes, con todo el fin de semana por delante y una serie de planes jugosos y esperados, es cuando hay más probabilidades de que se vaya todo al traste. Ahora bien -ahora bien Javi-, descuida de que si llega un viernes y se te presenta un finde aburrido y lleno de trabajo, serás el más sano del planeta. Murphy, te odio!

Pues eso, la cosa es que iba yo el viernes hacia el polideportivo para descargar toda mi furia contenida por El desastre del diédrico contra una pelota inocente. A decir verdad, esa tarde estaba reventado -normal tras el semanón-, pero el cuerpo me pedía actividad. Aunque seguramente me hubiera pedido quedarme en el sofá si dibujo técnico no me hubiera puesto mosca.

En fin, los golpes de la puñetera vida, que además de una lechuga en dibujo, por la tarde me salió un pedazo huevo en el pie. Sólo faltaba que fuese verano y el sol me hubiera dejado la cara como un tomate. Entonces ya sí estaría hecho una buena ensalada...¬¬

Lo dicho, a saber en qué iría yo pensando cuando bajaba las escaleras, que al llegar a la última, pisé con tal fortuna que el pie giró unos noventa grados -encima el derecho, que ya llevo tres-. Hazte con la imagen del pie doblado, mola eh! ö

Total, camino al centro de salud sin poder dar un paso, vendaje hasta la , ibuprofenos y para casa a reposar, que el lunes había que ir a hacerse unas radiografías. El lunes -hoy- he llegado al centro, mi pie posó para la "foto" (dos sesiones) y a escuchar el diagnóstico del médico:

"Bueno, pues en principio no hay nada roto, parece un simple esguince, PERO... aquí hay algo que no me convence, una manchita; es posible que tengas una pequeña fisura, así que te voy a mandar a que vayas a ver al traumatólogo en Almería. Entonces tendría que escayolarte el pie y estar un mesecito en reposo."

El mejor discurso que he oído en mi vida. ¡Madre mía! Resulta que como pasado mañana me digan "tienes una fisura", la tengo buena. Primero, un mes sin poder casi ni hacerme yo solo mi propio desayuno me resulta vergonzoso, humillante. Segundo, es incomodísimo ir al insti así; y peor con escayola (eh Noemí?). Tercero, la Semana Santa va ser chachi piruli. Cuarto, las duchas son súper entretenidas cuando uno está así. Os las recomiendo ;). Y mientras, yo sobrevivo con un par de muletas.

Lo único "positivo" es que me libraré de currar en las fiestas de Abla. Y sí papá, tú dí lo que quieras, pero yo me cojo la baja XD.


Nos vemos!

sábado, 21 de marzo de 2009

El corral del gran circo

A menos de una semana para el comienzo del Mundial de Fórmula 1 en el circuito australiano de Albert Park (domingo 29, 08:00 horas), está todo echando chispas: el KERS sigue dando guerra, los "jefes" se pasan por ahí la opinión de los pilotos y van a su bola, los novatos van como balas, mientras que los campeones no dan con la tecla,... Un corral lleno de gallinas locas, vamos.

Todo empezó hace meses, cuando a una mente privilegiada se le ocurrió introducir otro aparatejo en los bólidos: el KERS, un sistema de recuperación energética que pretende aumentar los adelantamientos y reducir costes (la crisis llega a todos sitios). Pero el dispositivo trajo de cabeza a todo el mundo, y se rodeó de polémica.

Tiempo después, se pensó en cambiar el sistema de puntuación. Antes el que ganaba obtenía dos puntos más que el segundo y cuatro más que el tercero -con esa diferencia no les saldría rentable estrujar el motor-. Entones se produjo el gran cambio y ahora el primero gana tres puntos más que el segundo y cinco más que el tercero. ¡Vaya aumento de sueldo! Ya no se quejarán de llegar a fin de mes...

Después llegó la "gran idea": ¿y por qué no dejamos los puntos y hacemos campeón al que más victorias tenga? Un gran premio a los que van a ganar, pero poca recompensa a la regularidad. Con este sistema, el año pasado Hamilton se hubiera comido los mocos, mientras que Massa estaría todavía de fiesta. Entre los aficionados, hay división de opiniones, pero dentro del corral, ninguna gallina está de acuerdo.

La polémica quedó servida. El máximo organismo del automovilismo (la FIA) tenía en contra a pilotos, ingenieros, directores de equipo, etc. por lo que no tardó para volver a cambiar: rectificó la medida y volvió al original sistema de puntuación, quedando aparcado para 2010 el título por victorias.

Que quede claro: la Fórmula 1 ya no es el gran circo. Es el corral del circo. Y bueno, que le den la comida que quieran a las gallinas, ¡pero qué empiece ya!


Nos vemos!

lunes, 16 de marzo de 2009

Viva el morbo!

Da pena estar zapeando por la tele y llegar al número cinco para darte cuenta que la persona que ocupa la silla de La Noria vuelve a ser la súper agradecidísima Violeta Santander. La tía se ha vuelto a forrar por ir a un plató de televisión a contar paridas y encendernos los humos a todos.

Recordemos que, el 2 de agosto de 2008, el novio de esta "señorita" le propinó un brutal puñetazo a un señor que pasaba por allí y que intentó defender a la joven de las agresiones que sufría por parte de su pareja. Ese individuo era Jesús Neira, un profesor de universidad que pasó varios meses en coma a causa del golpe, pero que ya se recupera felizmente en un hospital de Madrid.

Pues bien, desde aquel día de verano, la "señorita" Santander aún no ha dado muestras de agradecimiento para Neira. Todo lo contrario, se reitera en defender al salvaje de su novio: el mismo que mandó al hospital a un hombre que pretendía defender a una mujer en apuros; el mismo que si nadie se le interpusiera, podría llegar a matar a su pareja. Todo un maltratador en potencia. Y claro, a estas historias tan sonadas es donde va la tele, aunque siempre hay bastantes maneras de tratar la noticia.

Tiempo después del despertar de Neira y bien encaminado en su proceso de recuperación, Antena 3 dio, en exclusiva, una entrevista al profesor. No se buscó el morbo; una entrevista bastante seria y con ciertos comentarios interesantes hacia Violeta y Antonio (a partir de ahora, las cucarachas). Fue emitida el pasado viernes.

Al día siguiente, Telecinco ocupaba su horario nocturno con la cucaracha. En su búsqueda de morbo cotidiana, la presencia de esta impresentable crispó hasta al más pacífico. Y no es por nada, es que un poco más y se lían a guantazos -qué lástima que ella no pillara algunos; después de todo, es quien más se los merece-. Y es que la tía sigue empeñada en defender a su novio el cucaracha. Patética. Penosa. Pudriente.

El objetivo de la cadena era contraprogramar el gran éxito de Antena 3 en el día anterior. Y ya de paso, reducir la atención del Athletic-Real Madrid (la Sexta). Siempre pensando en el bolsillo.

Es ahí cuando uno se enciende y piensa: ¿qué vale más: el negocio de la televisión, o la moral, la cordura, la coherencia y el respeto humano?


Señor Vasile, ha vuelto a liarla. ¿Puede contar con los dedos sus cagadas? Ni con los de sus pies... ¡Já! Vuélvase a Italia, la televisión y la sociedad se lo agradecerá.


Nos vemos!

sábado, 14 de marzo de 2009

Determinantes de matrices

Ando completando mi temario de matrices con los últimos ejercicios del libro de mates, que ya este viernes 20 tengo el examen de los cuatro temas (del 1 al 4). Y el 30 el global... U_U'

En su mayoría, esta última unidad son determinantes a chorro, esenciales para para calcular inversas, hallar las soluciones, discutir los sistemas y chorradas varias. Ya sabemos que para calcularlos, las matrices deben ser cuadradas. Para ello hacemos la multiplicación restada en cruz (2x2), empleamos la regla de Sarrus (3x3) o las desglosamos para hacer Sarrus varias veces (4x4). Más grandes no te las vas a encontrar en selectividad, y de 4x4 ahí ahí.

Al calcular, las 2x2 no, pero el resto, a veces, resulta cansino e incluso confuso si hay números negativos. Por todo eso yo, que soy el "vago número 1 de mi clase de matemáticas" (lo dice mi profe, pero también lo digo yo, y a mucha honra XD), me equivoco con frecuencia por no escribir todas las cuentas y hacerlo siempre con el coco. Entonces, esta tarde me llegó un haz de luz e inspiración: crear una hoja de cálculo con la que podréis calcular fácil y rápidamente determinantes de matrices cuadradas de orden 2, 3 y 4.

Ya ves tú, el uso que le voy a dar, si cuando de verdad me va a hacer falta (en los exámenes) no voy a poder usarla. Pero bueno, si estoy haciendo ejercicios en casa, algo me ayuda :P.

Así que aquí os dejo a vuestra entera disposición el archivo (Excel - .xls) para que compartáis mi vaguería suprema.

Nos vemos!

viernes, 6 de marzo de 2009

El recuerdo de la felicidad. Diario de un adiós

Han pasado diez días. Diez días después de un miércoles raro e intenso para mí. Diez días con un hueco vacío. Diez días recordando algo (a alguien). Diez días desde esa primera experiencia que nunca quieres tener. Diez días han pasado...

La historia comienza así, en un frío día de invierno:

Abla (Almería); Miércoles, 25 de febrero de 2009.

06:30 h. Suena el despertador; en adelante me esperaba mi último día de clase con 17 años: un examen de historia (de ahí mi madrugón), una serie de actividades, una tarde de fútbol con los amigos, un "acueducto", mi cumpleaños,... ¿Qué podía salir mal?

Sin yo poder imaginarlo, muy cerca de mí, una luz se apagaba poco a poco.

06:45 h. Camino al cuarto de baño para despejarme y comenzar con mi repaso de historia, me encuentro a mi madre casi al final de las escaleras. "¿Qué hace despierta tan temprano? No es normal" -pensé para mí-. La misma pregunta me dirigió ella en un tono un poco alterado, lo que también me extrañó. En fin, seguí a lo mío.

07:00 h. Sobre la mesa se encontraba mi desayuno matutino y los apuntes de la II República; tenía casi una hora por delante para repasar lo que me ayudaría a superar mi segundo examen de historia e intentar remontar aquel 5,5.

08:05 h. Bajo las escaleras, entro al bar: "Buenas!!" -saludé como cada mañana-, cogí la monedita y "Me voy papá!!". Lo de siempre vamos. Y camino al bus.

08:25 h. Llego al instituto. Allí, litros y litros de batidos preparados, kilos de tomate, jamón y pan, los músicos ultimando el himno, los más enanos locos perdíos,... eso significa día de Andalucía a la vista.

08:30 h. Primera clase: matemáticas. Como siempre, entretenida e interesante.

09:30 h. Segunda clase: dibujo técnico. Un rato de diédrico para el cuerpo.

10:30 h. Tercera clase: física. Dos en la clase, pues estudiamos historia y hablamos un poco.

Mientras, a 8 kilómetros de distancia, aquella luz da sus últimos rayos. En cuestión de minutos se apagará... para siempre.

11:30 h. Llega el himno, los bocatas y la cuenta atrás para el examen. La puerta principal del I.E.S. Sierra Nevada está abarrotada de alumnos, profesores, padres y madres. Unos disfrutan con la izada de las banderas, otros muestran actitud pasota, otros están sumidos en nervios, otros ya se han ido...

12:00 h. (a una hora del examen). Comienzan las actividades; voy en busca de las llaves para abrir el gimnasio y seguir con el torneo de ping-pong. Como tenía prisa, quise jugar rápido para irme a seguir repasando. Los nervios me estaban haciendo olvidar cosas. En el partido, no mostré mucho interés, así me fue: sucumbí 7-11.

12:34 h. (a ventiséis minutos del examen). Estaba en clase repasando cuando recibo una llamada de mi hermano: "¿Has hecho ya el examen?" -me dijo de manera directa-. "No... aún no... es a la una" -respondí un poco extrañado por la llamada-. Así que le pregunté que si quería algo. Su respuesta terminó de desencajarme: "No, no, si es que me he equivocado". De alguna u otra manera, no me sonaron creíbles esas palabras. Terminamos de hablar y volví al aula.

12:50 h. (un suspiro para el examen). Alfonso estaba al caer; en cualquier momento cruzaría esa puerta cargado de exámenes. Comencé a sentirme un poco mal, estaba ardiendo y hecho un manojo de nervios, así que bajé al baño a refrescarme. Cuando salía, ví que Alfonso ya iba para arriba. "Vamos allá".

13:00 h. (examen sobre la mesa). Todos sentados y dispuestos a hacer frente a tres cosas: Constitución de 1931, reformas agrarias y laborales y un comentario en el que, o hablabas del Frente Popular, o por tu bien atina con las otras dos. Teníamos hora y media.

Durante la prueba, me liberé un poco de nervios mientras respondía con confianza las preguntas.

14:20 h. Acabé el examen, cogí mis cosas y me fui camino del bus (salía en 10 minutos). Iba algo contento, imaginé que tendría buena nota (me llevé un 8,5). Pero mi cara cambio en cuanto pisé el edificio antiguo. A lo lejos del pasillo se encontraba mi hermano hablando con algún que otro profesor que tuvo. "¡¿Pero que haces tú aquí?!" -fue mi saludo-. Pensé que, un miércoles normal, a las dos y media de la tarde, ¡tenía que estar trabajando! Pero aquel día tenía una razón para estar allí, y fue cuando me lo dijo: "¿No lo sabes aún? Papajuán -mi abuelo materno-... ha... (ya sabéis como termina)". Mi reacción fue de sorpresa, no me lo creía, o no me lo quería creer, quizá las dos. Me senté un poco para intentar asumirlo, pero nada, estaba bloqueado.

14:45 h. Llegamos a casa mi padre, mi hermano y yo. Estaba totalmente vacía, como pocas veces lo había estado. Ellos comieron algo, pero a mí no me entraba ni un bocado.

15:00 h. Fuimos al velatorio. Era mi primera visita a ese lugar tan triste y desolador, y sería la primera vez que mis ojos contemplarían un cuerpo inerte, apagado, dormido... sin vida. Desgraciadamente, no será la última. Como persona humana, sé y comprendo el curso de la naturaleza, pero no quiero ni pensar cual será esa fecha tan inesperada de regresar a ese lugar. Pero... hay que seguir adelante.

Allí había bastantes familiares. La pena se podía palpar en el ambiente -es normal-. Abracé a mi madre que, como siempre, quería hacerme ver que ella estaba bien y era yo quien podía estar mal (ella siempre está ahí). Pero no mamá, aquel día no. Ese miércoles quien necesitaba a los demás eras tú (y siempres nos tendrás). Entonces fui a ver a mi abuela (su mujer) que estaba en la otra parte del recinto. Me dirigí cabizbajo porque en cuanto alzase la mirada podría ver el cuerpo de mi abuelo tras el cristal. Yo no sabía como iba a reaccionar: podría arrancar a llorar, desvanecerme de la impresión,... Pero nada, apenas tuve reacción; seguía bloqueado. Las palabras que mi abuela me susurró cuando me incliné a ella no serán fáciles de olvidar: "Ya no te llamará más...". Y es verdad, ya no nos llamará más...

15:45 h. Salí de allí, ese ambiente me hacía sentir mal. Durante toda la tarde, permanecí sentado en las escaleras laterales mirando el paisaje, sin pensar demasiado y escuchando a la gente llegar. A veces me acompañaba mi hermano, a veces estaba solo y a veces en grupo. Pero siempre ausente.

18:00 h. No tenía muchas ganas de nada, pero mi cuerpo llevaba horas sin probar bocado, así que nos acercamos, mi padre y yo, a un bar cercano a comer algo. A la vuelta, volví a entrar al velatorio para sentarme en una esquinita.

20:30 h. Mi hermano también quiso despejarse tomando algo, así que bajó al bar; unas amigas y yo le acompañamos. Comencé a sentirme cansado: llevaba despiero desde las seis y media de la mañana y prácticamente unas 11 horas sentado. Las sillas del bar termiaron de destrozarme. Pedí a mi hermano que me acompañara a casa.

21:45 h. Una vez allí, me tumbé en el sofá a descansar. De camino venía mi hermana, que llegó prácticamente cuando mi hermano salía. Me preguntó que si iba a bajar otra vez, pero mi cuerpo no aguantaría más aquello. Me quedé dormido en el sofá.

A la hora volvieron y todos nos fuimos a dormir. "Mañana será otro día".


Jueves, 26 de febrero de 2009

Segundo día. A lo largo de la mañana, fuimos amaneciendo todos los que en esa noche dormimos, por primera vez, lejos de él. En pocas horas (a las cuatro), se procedería a dar el último adiós, seguido del traslado del cuerpo para su descanso eterno.

12:00 h. (cuatro horas para la misa). Todos estábamos listos para volver al tanatorio. Allí seguían mis padres, mi abuela y algunos tíos y tías, que habían estado durante toda la noche al lado de él.

Pasamos la mañana allí, ultimando los detalles de la misa: lecturas, estandartes, flores,... Y una hora antes de la ceremonia, volvimos a casa.

15:35 h. (a veinticinco minutos de la misa). Nos dirigimos a la Iglesia para cada uno tomar su lugar en la ceremonia. El final se acercaba.

16:00 h. (comenzaba la misa). A pesar del frío, la hora y la fecha, la puerta de la Iglesia de Abla estaba a rebosar. Sus más allegados se dirigían al interior entre lágrimas mientras hijos y nietos trasladaban el féretro. Por delante y con paso lento y triste, desfilaban dos coronas de flores, un ramo, los cuatro estandartes y, por último, la bandera -que recayó en mis manos-. En el interior, pocos asientos estaban vacíos.

Él siempre le decía a mi padre que no quería un entierro de tercera, que quería uno de primera. Y así fue. Ese deseo se te ha cumplido.

La misa se desarrolló con normalidad. Durante las lecturas, las lágrimas eran visibles, pero no lograron interrumpirlas. Pero todavía quedaba lo peor -para mí-...

16:45 h. (momento del pésame). Al lado de féretro se colocaron dos de mis tíos y mi padre. En frente, en su asiento, estaba mi madre y mi abuela, entre otros. Yo me encontraba en la segunda fila, viendo como justo delante la gente pasaba y pasaba mostrando sus condolencias a la familia. Aún así, seguía en ese estado de bloqueo, pero ya poco me quedaría. Faltaban unas pocas personas por pasar; cuando una de ellas se abrazó efusivamente con mi madre. Se sumieron en lágrimas de dolor. En ese momento, fue cuando el bloqueo se marchó. Mi cuerpo pasó de un estado frío y apartado a uno más sensible y desconsolado: rompí a llorar. Lloré en unos minutos todos los que no había llorado en toda mi vida. Como no quise que la gente se percatara de ello, me puse las gafas de sol tan rápido como reaccioné, pero mi madre ya estaba abrazada a mí. "No llores, tranquilo" -me dijo intentando consolarme-, pero yo seguía y seguía. Bajo el negro de las gafas, se encontraban los llantos de un joven que nunca más volvería a ver a su abuelo.

Salí de allí.

17:00 h. Momentos después, nos dirgimos al cementerio para darle sepultura. El agujero poco a poco se iba cerrando, cada vez más, antes nuestras miradas.

Fue la última fase, la última etapa de la despedida. Fue... el adiós definitivo.

Hoy, diez días después, la vida sigue, pero no igual. Aún así, siempre nos quedarán los mejores momentos. Siempre nos quedará... el recuerdo de la felicidad.




D.E.P.